viernes, 13 de marzo de 2020

Un Virus que corona la nueva conciencia


“Los chinos… ¿qué pasó? _ No …un virus, parece que un chino comió un animal y muto un virus muy peligroso...que está matando gente”. Así comienza el rumor, mientras vivo, acomodo e intento comenzar a disfrutar una estadía de estudios y experiencia en Madrid. 

Pobres…pensaba. Días más tarde, mi cuñada desde la región de Lombardía me llama, “es que está la escoba, suspendieron clases, muchos contagios, llego el corona virus”. “Joder” pienso, en mi nueva y útil expresión madrileña que sirve para tanto y ahorra tanto lenguaje. Pues…pobres, allá, en Italia. Me llama mi mamá preocupada por lo que está pasando “Siii le contesto, pero Carola y Gian están bien”. Pensando, como siempre en mí y en nuestra familia…

En Madrid estaba atenta como muchas colegas y compañeras, al 8M, eso estaba ocupando la energía y la agenda. Llegaba el día en que todas las mujeres del planeta nos congregamos y unimos por un solo y necesario objetivo en común, el poder y su repartición, igual y justa. Mientras, titulares seguían comentando la lamentable situación en China y ahora en la bella Italia, vacía y cerrada producto de la situación sanitaria.

Lunes 09 marzo, 18:00 hrs. España. Desde el ministerio de salud anuncian Urgencia Sanitaria: suspensión de clases en todas las escuelas y universidades, suspensión de todos los actos masivos, cierres de vuelos e indicación a la población de no salir de sus casas por 15 días. Y quizá, sea más.

Acá estoy y desde acá escribo, luego de pasar días duros emocionalmente, todo, de repente, se vuelca hacia una misma, ¿Tengo mocos?, “me duele un poco la garganta”, “estoy contagiada”, “me voy a contagiar”, “…y no voy a tener cama porque está colapsado el sistema de salud”, “me voy a morir”. Última frase y sentencia, la más angustiante e impensable, y/o lo más pandémico (como la OMS decretó hace dos días la situación), “nos vamos a morir todos”.

De estas fantasías de catástrofe y muerte, comienzo a la vez a conectar con la vida, estoy muy viva!, “no pasa nada”. Y es esa actitud la que en definitiva nos hace vivir a diario, estar conectados con la vida y negar, de alguna manera, que siempre se puede acabar, y que se acabará! 
Tengo tres hijas preciosas que estoy sosteniendo hace dos (recién) días en un cotidiano en casa. Que están llenas de vida, de juegos, de fantasías, de entusiasmo, y que alimentan el espacio decontruyendo estas ideas que la mente, desde el miedo, el individualismo y el ego, ponen como primer foco.

Las sostengo afortunadamente con otro, un masculino, que aporta desde su paternidad, y desde tantos lugares, como el alma y sujeta/os que cada uno y una somos. Cada quién inventa ahora maneras para sostener la vida: jugar, leer, arreglar un computador, cocinar, cocina de nuevo, limpiar. Aburrirse, reclamar, desesperarse, respirar, pintar, arreglarse, reparar y cocer ropa pendiente, escribir.

Como digo, llevo recién dos días, de 15 que quizá se alarguen…pero puedo comenzar a recibir y percibir cierta información. Gracias a mi conexión con la meditación y el estar presente, y de un trabajo que comencé hace algunos años con la danza y el yoga, y ahora, desde la educación somática, prácticas todas, que invitan a conectar con la presencia autentica y el cuerpo aquí y ahora. Puedo comenzar a mirar otro foco, algo más amplio y liberador. Y no será coincidencia, que mi pareja hace algún tiempo también, por su lado y propia búsqueda, entró a la meditación. Está ahora, haciendo un curso para instruirse, y esto hace que la meditación y el estado meditativo esté muy presente en casa.

“Nueva conciencia”, esta información me ha llegado profundamente, no podemos seguir desde el individualismo. No es por mí, es por todas y todos. No estoy en casa por 15 días cubriéndome del bicho, yo y mi familia para no infectarnos, es decir también, pero por sobre todo, porque hay otras y otros que la pueden pasar más mal, porque hay una población más vulnerable que yo, que necesita de la sanidad pública antes. Y porque podría estar infectada asintomática e infectar a otro/as. No es por mí, es por todas y todos.

Si no hacemos este giro urgente, habrá más violencia y muerte, más destrucción. Sacar todo de un supermercado porque tienes el foco sólo puesto en tú sobrevivencia y en la de los tuyos, no vale nada, es puro individualismo y angustia. Es ahora, que el trascendente nos pone e impone un cambio definitivo. Conciencia del colectivo, conciencia del ambiente y la tierra. Se trata entonces de una integración individual entre mente, cuerpo y espíritu, pero se trata por sobre todo, y en su dimensión más política si se quiere, de concientizar que estamos infinitamente conectados unos con otres, y que no puedo pensar en mí, si no pienso en los demás.

Parece chiste repetido, cuantas veces desde la biblia, el tao, o desde el corazón del espíritu socialista, hemos escuchado esto. 

¿Pero, crees que has hecho esto? ¿Crees que lo practicas realmente? 

¿Somos verdaderamente consientes de cómo y cuánto cuidamos nuestro medioambiente, el lugar donde vivimos? ¿Cuánta agua gastas en tu ducha diaria, cuanta comida desperdicias, cuánta plata mal gastas en cosas que no necesitas?, ¿Cuánto plástico acumulas y consumes?, (puedes agregar muchas más).
¿Cuánto tiempo perdemos mirando la imagen “altruista, estéticamente ideal, “ecofeministaconciente”, que proyecta Instagram pero que nunca logramos ser? Y que a ratos no da más, que para cerrar el teléfono cuando el cansancio aturde, y dormir para despertar en otro día más de individualismo?

¿Cómo vives el tiempo? ¿Cuántas veces al día te ríes?, ¿cuánto disfrutas de tu presente? ¿De lo que comes, lo que miras y tocas?, ¿Cuántos de tus actos diarios crees que benefician gratuitamente a otre que no lo espera?

Nueva Conciencia. 

Nueva economía, material y libidinal.

Estoy con la guata (o barriga acá) apretada, lo reconozco y acepto, no sé qué pasará, no sé qué días vendrán. Sólo sé que nunca, nunca lo sabemos, y que hemos vivido como si lo tuviésemos todo garantizado, como si no hay nada que cuidar, como si la vida es eterna y lo que tengo y acumulo también. Hemos vivido en el plano material y egótico, espantosamente egocéntrico. Salir de nuestro narcisismo y despertar no viene mal a propósito de este virus. No tenemos nada asegurado, las relaciones hay que cuidarlas, y el planeta también, ¿cuanto tiempo hemos mal gastado en violencia y hostilidad hacia los seres vivos con quién compartimos? 

No hay más tiempo que perder, relaciones amorosas, cuidar lo que eres, somos y donde habitamos, todos los sistemas son Uno/a…aunque vivimos y pensemos que nuestra subjetividad es única, sí, también! Pero nos equivocamos si pensamos que lo es todo. 

Voy sabiendo que esto que acontece, no me pasa a mí, o a un país, o a tres, es una crisis de todas y todos, es planetaria, y eso, en su mejor manera de pensarlo, es que no dejará a ni un ser humano fuera para recibir esta nueva conciencia.





Trinidad Quinteros Cruz
14 de marzo, Madrid, España.

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