viernes, 26 de febrero de 2021

La vida del somapsique

 La vida pulsa, el somapsique o el psiquesoma, se mueve y no paran de transformarse.


Ligar y desligar energías, hacer y deshacer lazos, vínculos, hilos, unos fuertes y firmes, otros frágiles y delgados que se cruzan y se pierden. No por más duraderos firmes no terminan siendo difíciles. Cada hilo que se aleja y acerca, es algo nuevo, presente, íntimo, importante...mientras el tejido del psiquesoma se arrastra con todo...

Mis hijas son mis hilos, raíces más firmes e inseparables, atrás, y los deberé dejar atrás, están mi padre y madre...mis hermanas siempre enlazadas acompañando la vida...mi hermano como puede y hemos podido, también.

Ahí van los hilos de la vida y la muerte, de lo que se acerca y se aleja, de lo que toma energía libidinal, de lo que se cae, de lo que se afirma y vuelve a afirmarse.

Según nuestras energía las cosas, personas y momentos toman un brillo especial, que interesante, que lindo y emotivo, que aprendo con ello! y que frágil, insignificante, poco relevante, cuando el lazo se apaga.

...un teatro de luces y sombras.

jueves, 27 de agosto de 2020

                                       









                                            La Esquina del Encuentro by Luis Maria Savasta on artnet


La esquina


La esquina trae siempre una sorpresa

recelosa es ella, cuando quiere muestra y cuando se le da la gana esconde.

Hay que tenerle miedo a las esquinas, porque cuando ocultan, ocultan en serio.

Puede sorprender, entregar lo inesperado a su vuelta

puro acontecimiento, 

en el momento menos esperado 

consternación

Puaf! aparece lo que uno no quiere ver

Me toma descuidada porque con su doble cara  nunca se hace ver del  todo.


Nadie sabe lo que puede haber a la vuelta de una esquina.

juego de escondidas, lo inquietante espera a la vuelta de la esquina. 


Hay que estar preparado, no hay que confiar en ellasengañosas, traicioneras las esquinas.



Hay una esquina en la que confío,

sé bien que no me asaltara, que no vendrá con engaños.

Es porque la conozco, porque la habitó cada día,

es esquina ya sabida, 

que ya no es punto ciego sino que punto de encuentro.

Nosotros todos, hemos hecho de esa esquina nuestro lugar,

ahí nos reunimos, ahí somos todos.


Las esquinas hay que conocerlas, ocuparlas,

solo así bajan la guardia, porque son ellas las que desconfían, 

de los que siempre quieren ir de a uno, 

de los individuos solos que las utilizan para acechar a otros,

de los que piensan solo en sí mismos.


Pero cuando somos grupo, la esquina descansa,

ya no tiene que cuidar su otra cara, ya no está tan a la defensiva,

Ya no está tan escindida

Abre sus brazos para contener nuestra alegrías, rabias y penas, 

 no tiene nada que ocultar, porque de un lado y del otro nos vemos todos.

¡Ahí están! ¡En la esquina!

Intersección de un 

punto que nos hace común.


La esquina escucha conversaciones sin destino,

se habla de lo más importante y nimio en cada esquina


 La libertad más grande la he sentido en la esquina

lugar de cruces, lugar de nadie y de todosquizá por eso hay que saber vivirlas 

aprovecharlas  para construir nuestra libertad, intercambios sin miedo

transmisiones de saberes cotidianos

 tejidos comunes fuera de los encierro propios, 

al margen de los centros,

en cada  esquina.

Octubre 2015










Crear, posición de apertura, potencialidad interna casi omnipotente...pero lúcida, consciente del otro, de la imposibilidad. Gracias a esa conciencia es que se nos permite entrar, estar en el estado creativo, saber de todos los saberes concentrados en uno, todo ser vivo tiene ese saber de todos los saberes, se posibilita, aparece a través del estado creativo...desde allí, es posible hablar de todo, todo está en uno, la historia, la memoria, las imposibilidades y posibilidades de la humanidad entera, todos los países, todos los paisajes, los primeros tiempos y los últimos, los infinitos particulares, todo eso acontece minuto a minuto en un presentepasadofuturoactual.

Desde esta dimensión, “posición”, estado, encuentro con este orificio de vida, donde brotan todas las cosas, donde emerge la vida y es información matricial del mundo entero registrado en una gota de agua, un ser humano, una interioridad que es pura exterioridad. Toda la historia, toda la memoria, todas las palabras pueden ser dichas, pensadas, movidas, relacionadas con otra cosa, que siempre va a dar lo mismo: el punto 0, donde está toda la luz y toda la sombra del universo.

Tan solo tomando un pedazo de vida, de cuerpo, de célula, de palabra, de hoja verde.


Trinidad Quinteros, 23  octubre 2015

...luego de escuchar por radio al poeta Raúl Zurita.



miércoles, 8 de abril de 2020



Bicho culiao

Estoy chata, quiero que pase, que nos deje tranquilaoes. El contagio, el estrés, los resguardos. Que transitan entre el miedo y el cuidado, la seriedad que amerita, y la ridiculez y exageración, que como siempre, no terminan protegiendo sino al contrario. A lo más, y en el mejor de los casos, haciendo reír. 

Ya no me separo de mi pañito, acompañado como un siamés, de su difusor con cloro y agua. Por donde piso y paso voy roseando y limpiando, con una obsesividad que desconocía en mí.

Un sostén de mascarilla, y luego una servilleta de mascarilla…que poca tapa, pero que da seguridad. Todo sirve y nada sirve, un señor va en bicicleta con la mitad de un bidón plástico en la cabeza, una señora compra agitada en el supermercado con bolsas plásticas enteras metidas en cabeza y rostro, no sé cómo respira. 

Mientras, veo por la calle a un abuelo de 80 años, con una baguete en la mano paseando bien derecho y sin nada más que su humanidad vestida. Se creerá invisible así para el virus, pienso.

Todos los placebos son posibles y sirven, para la angustia hipocondriaca, la angustia de contaminación, la angustia de muerte.

Uf, espero que pase, que se vaya. 

Bicho culiao.




Trinidad Quinteros Cruz
abril 2020.





jueves, 2 de abril de 2020






El día y la noche

Lo que tenemos por estos días donde no hay mucha garantía ni referencia, es el día y la noche. Como en los orígenes, el día y la noche marcan un ritmo, avisan del paso del tiempo. Tiempo que a ratos se agranda y se empequeñece, se densifica como si fueran dos años en un mes, o a veces, ya pasó una semana y no nos dimos cuenta. 

“2005? ¿Y estamos en el 2020? 2020! ¿Y el 2010 no fue hace poco?, ¿2017? ¿Y cómo llegamos al 2020?”. ¿Lunes o martes?, ¿marzo o abril?

Marzo 2020, ya pasó. 

Entramos a abril y la única garantía, es que el día y la noche van transcurriendo. Para no entrar en el bumerang del tiempo sin tiempo, me sostengo y organizo con el día y la noche. Espero el amanecer y el atardecer, y me afirma el tiempo de media mañana cuando, a veces, entra el sol. Y, como todo tiempo regresivo, el ocaso me pone más sensible. 

He comenzado a hacer el esfuerzo por despertar temprano, para que el tiempo no se deslocalice, para agarrarlo en su inicio. Mis biorritmos están con el día y la noche como todo cuerpo humano, y como se ha organizado toda civilización. 

El tiempo marca una continuidad y discontinuidad, lo que se prende y apaga, lo que se pierde y se gana. En este aparecer y desaparecer del día y la noche, se crea algo maravilloso, que es poder representarnos las cosas, estar y no estar. Representarnos a nosotros mismo/as, más allá de que las cosas aparezcas o desaparezcan. Lo que acarrea la posibilidad de desear un futuro, y recordar un pasado, tener una memoria.

Despertar para ver el amanecer es fascinante, respirar el amanecer. Y la suerte total, es cuando escucho el cantar de los pájaros combinado con el silencio de la cuidad.


Trinidad Quinteros Cruz
abril 2020.



lunes, 23 de marzo de 2020





Vivan los viejo/as!!!


Al frente de mi casa hay un centro de adultos mayores, todos los días van; a hacer gimnasia, divertirse y conversar. La onda de los viejos y viejas madrileños me ha envuelto alegremente desde mi llegada. Se los ve en el paradero conversando siempre, intercambiando cualquier motivo con otra u otro, que quizá no conocen, pero que reconocen como un par, un colega. Se los ve también, a las 10:00 am en el bar por el vermú, y a las 13:00 hrs. de vuelta al bar por un aperitivo y tapa, una caña o copa de vino acompaña de un poco de comida. Y se les ve tipo 18:00 hrs. saliendo arreglados y pinteados a alguna plaza o banca a tomar el sol.

También, he tenido la fortuna, quizá porque la infancia acá es un bien escaso, de recibir enérgicos elogios cuando a veces me los he topado con mis hijas pequeñas, nos llenan de alabanzas y alhas! Piropeando lo hermosas y preciosas que son las criaturas. 

Mis vecinos de abajo, de arriba, del frente y del fondo, son humanidades que pasaron hace un tiempo los 75 años. 

Vivan los viejo/as!! Viva Pedro, que ya pasó los 80 y viene todos los inicios de mes a cobrar nuestro alquiler de terno y corbata, y bien perfumado. Viva Rosa, del piso o departamento de en frente, que a sus 90 años, mantiene el jardín más colorido de los balcones interiores. Este oasis (que yo no tengo) puedo mirarlo desde mi ventana, y sus colores y vida botánica, me han hecho el día estos días. También, viva Lupe y su marido, vecinos de abajo que nos han aguantado gritos y música. Y juegos de niñas que corren y saltan inquietas, y que de remate, hacen una y otra vez la posición invertida pegándole a la pared que retumba abajo. 
(Viva también nosotros, que aspiramos el humo del cigarro de este vecino dos o tres veces al día directo a nuestras narices). 
Vivan ellos de nuevo porque cada vez que se ha volado una ropa o caído un lápiz, nos abren su puerta para entregarnos todo lo que han juntado. 
Por último, viva mi vecina de arriba, que me despierta todas las mañanas cuando comienza a correr muebles y limpiar, y que con 79 años, me energiza cuando la escucho hablar por teléfono y dice: “¡Cómo estás cariño! ¡No pasa nada, guapa! Que de esta salimos”. 


Trinidad Quinteros Cruz
Marzo 2020







sábado, 21 de marzo de 2020




Posibilidad de Jugar 

Lo bueno es que mis hijas pueden jugar, hoy decidieron salir. Se ducharon, eligieron su mejor tenida, se vistieron y arreglaron, y echándose mochilas y bolsos al hombro, se fueron. 

Muy concentradas se vinieron a despedir, estuvieron en “un parque”, “una playa”, y por último, fueron a “escalar una montaña”. El living o salón se transformó por dos horas en calles, plazas y medios de transportes. Viajaron, caminaron y recorrieron todos los lugares que quisieron. 

Volvieron cansadas.

Que suerte la de mis hijas. 




                          Trinidad Quinteros Cruz
21 marzo 2020






martes, 17 de marzo de 2020




Los aplausos

Ayer y hoy, y creo que seguirá siendo así. Cuando anochece, salimos a las ventanas y balcones a dar aplausos. Una palma con otra genera un ritmo que sube la energía, de hecho, el aplauso como gesto, es una acción para enaltecer o celebrar. Celebramos y agradecemos el ejercicio de los funcionarios de salud, paramédicos, médicos, enfermera/os, y tantos más que hacen su labor. Agradecemos también a auxiliares de aseo, quienes trabajan recogiendo nuestra basura y sanitizando edificios y calles. Mientras sostenemos desde adentro, nuestras casas, ellas y ellos están sosteniendo desde afuera, la estructura de la ciudad. 

Aplausos que resuenan en todas partes a la misma hora, momento de conexión social. Un modo de salir a la calle, de estar en contacto. Ya que mientras no nos vemos o toquemos, nos podemos sentir a través del espacio sonoro, vincularnos y saludar a través de la vibración del aplauso, un lenguaje para comunicar que no estamos solos, que estamos todo/as junta/os, una poderosa fuerza social.

Trinidad Quinteros Cruz
16 Marzo 2020